Cómo cuidar y mantener joven la piel madura

El tiempo pasa para todo el mundo, vamos cumpliendo años y la piel del rostro es uno de los primeros síntomas de ello: comienzan a aparecer las arrugas, la piel pierde tersura, luminosidad…, en definitiva, la piel comienza a mostrar signos de madurez y envejecimiento.

Además del paso del tiempo, existen otros factores que pueden afectar negativamente al estado de la piel facial como puede ser el estado de ánimo, la contaminación ambiental, los buenos o malos hábitos de alimentación o de cuidados, alergias o sobrexposición al sol, que pueden provocar que nuestra piel luzca más envejecida o con peor aspecto que el que le corresponde por su edad biológica. Aparte de todo ello, la genética también cumple un papel importante en este proceso de envejecimiento, más prematuro para algunas personas y que se ralentiza en el caso de otras.

Para que una piel madura luzca un aspecto saludable y continuar cumpliendo años con nuestra mejor cara, es muy importante dotarla de cuidados durante los años anteriores, tanto en higiene y rutina facial con los tratamientos y productos adecuados, como con una exposición solar lo más controlada posible.

Y para cumplir con el dicho de que la piel es el reflejo del alma, en este post vamos a repasar algunos consejos para ayudarte a conseguir que tu piel luzca lo más sana y joven posible. Requiere constancia y algunos cuidados, pero los resultados son tan positivos, que el esfuerzo merecerá la pena. ¡Te lo aseguramos!

Objetivo Nº1: Limpieza e hidratación

Aunque no se trata de un cuidado especial de pieles maduras, sino que debería ser un ‘must’ a tener cuenta en cualquier momento de nuestras vidas, es a partir de los 40 años cuando una correcta higiene facial e hidratación se hace absolutamente imprescindible.

La sequedad, más evidente con el paso del tiempo, es el gran enemigo a combatir, por lo que te recomendamos que para su limpiezas recurras a fórmulas limpiadoras cremosas o efecto tirante que nos ayuden además a combatir la flacidez en el rostro y en el cuello. En el caso de la hidratación, necesaria en cualquier momento de la vida de una mujer, recurre a cremas densas y humectantes con alto contenido en vitaminas y antioxidantes. En muchas ocasiones, estos dos pasos en la rutina diaria son suficientes para lucir un rostro saludable y joven con la ‘cara lavada’.

Objetivo Nº2: Reafirmar

Si eres de las que ha dejado esto del cuidado del rostro para el último momento y pensabas que conocías el secreto de la eterna juventud, quizá este objetivo sea más complicado de conseguir. Pero nada es imposible.

Si al mirarte al espejo ves como las arrugas, líneas de expresión y patas de gallo son más evidentes que hace algunos años, necesitas cuidados específicos para combatir la flacidez y tratar de mantener la firmeza que va perdiendo nuestro rostro desde los 25 en adelante. Nuestro consejo es que recurras a productos y tratamientos específicos que devuelvan a la piel el colágeno y la elastina que va perdiendo con el paso de los años, con ingredientes como el ácido hialurónico o el retinol.

Objetivo Nº3: Proteger la piel del sol

Este es otro de los imprescindibles durante todo el año y a cualquier edad. Los efectos de una excesiva exposición solar sobre nuestra piel son realmente dañinos y, en muchos casos, provocan consecuencias irreversibles como la aparición de manchas, arrugas o quemaduras e incluso, problemas mayores de salud.

Una buena rutina de cuidados puede incluir cremas hidratantes o bases de maquillaje que contengan SPF durante todo el año y no solo en los meses de verano. Aplícate la crema en el rostro, cuello, brazos y manos especialmente, zonas en las que durante todo el año estamos más expuestas a la radiación solar. Si incorporas este paso a tu rutina de belleza, será un gran plus para el cuidado de tu piel.

Objetivo Nº4: Tratamientos específicos

Como ya hemos comentado, los cuidados de la piel nunca están de más y nuestro cuerpo los agradecerá infinitamente en cualquier momento de nuestras vidas. Sin embargo, lo que a los 20 años puede reducirse a un tratamiento más esporádico o previamente a un evento especial, a partir de los 40 estos tratamientos deberían ser una constante en nuestra rutina de belleza y esfuerzo que dedicamos al cuidado de la piel.

En este sentido, no es necesario pasar por quirófano para conseguir buenos resultados. Puedes lograr resultados prácticamente inmediatos y muy naturales recurriendo a tratamientos de rejuvenecimiento facial, como la Radiofrecuencia Imperium, un tratamiento basado en el sistema de diatermocontracción que reafirma la piel y reduce la profundidad de las arrugas.

Otro de los tratamientos más efectivos contra el paso del tiempo es la aplicación sobre nuestra piel de Luz Pulsada Intensa o IPL, un potente aliado para combatir los signos de envejecimiento, atenuar las líneas de expresión, manchas y arrugas y promover la regeneración natural de la piel gracias a la producción de colágeno y elastina.

Además, los tratamientos basados en la regeneración celular, como la mesoterapia sin agujas o los tratamientos a base de vitaminas faciales, son dos grandes opciones para devolver a un rostro que ha cumplido ya 40 primaveras toda la luz, elasticidad y tersura de años atrás.

Sin embargo, cada piel tiene unas necesidades y características específicas, por lo que lo más recomendable es realizar una valoración profesional de los tratamientos más adecuados para conseguir los objetivos deseados. Te esperamos en nuestro centro donde nuestras expertas en belleza podrán asesorarte sobre el tratamiento perfecto para tu edad y condiciones de tu piel.

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