¿Es perjudicial maquillarse mucho?, ¿cuántas veces al día deberías limpiar tu rostro? Estas son algunas de las preguntas a las que damos respuesta en este post para evitar que caigas en hábitos o rutinas de belleza que, por desconocimiento o malos consejos, dañan tu piel más que favorecerla.
Envejecimiento, acné, manchas, arrugas, principios activos… son algunos conceptos relacionados con el cuidado de la piel que preocupan, en mayor o menor medida, a todo el mundo. Hoy en día existe tanta información, productos milagros y promesas imposibles en torno a la belleza, que pueden llegar a confundirnos, no saber cuál es el mejor producto o cuidado específico para nuestro tipo de piel o que nos resulte muy difícil saber qué es real y qué no.
Todas nos hemos preguntado en alguna ocasión si los cuidados que brindamos a nuestra piel son los correctos (porque sí, las ‘fake news’ también existen en el mundo de la belleza). En muchos casos, asumimos como ciertos y verdaderos consejos que nos han dado nuestras madres, abuelas o amigas sin conocimientos experto en el cuidado de la piel; y que, sin pretenderlo, se trata de consejos que contienen información errónea o que, incluso, pueden llegar a ser perjudiciales para tu tipo de piel.
Por ello, y para intentar aclarar algunas dudas, en el post de hoy vamos a hacer un repaso de 5 ideas extendidas en torno al cuidado de la piel: mentiras que asumimos como ciertas o verdades que necesitas conocer para reafirmarte en que estás en lo cierto o tomar cartas en el asunto. ¡Empezamos!
¿Es necesario beber dos litros de agua al día para ayudar al cuidado de nuestra piel? ¡Sí!, pero no solo esto es necesario y, para entenderlo mejor y dar una respuesta a esta pregunta, expliquemos porqué. La epidermis, es decir, la capa más externa de la piel, no cuenta con vasos sanguíneos propios, por lo que el aporte de agua no le llega por ninguna vena o capilar, sino que se hidrata del agua que hay en capas inferiores, es decir, en la dermis. Por ello, si el organismo está bien hidratado, la dermis y la epidermis también lo estarán.
Además de este proceso de hidratación interna, la epidermis también se hidrata de factores externos, como del agua existente en la atmósfera y, por supuesto, de los cosméticos que aplicamos sobre la piel para conseguir una óptima hidratación. Por tanto, tanto beber abundante agua durante el día como la aplicación de cosméticos adecuados son importantes para lucir una piel hidratada.
Y si quieres un truco para aumentar la cantidad de agua que hay en el ambiente e hidratar tu piel también de este modo, utiliza un humidificador, especialmente en espacios con ambientes secos, calefacciones…
Desmitificamos esta idea desde el principio: todas las pieles deben hidratarse, independientemente de su tipo, para no sufrir problemas de falta de agua que puedan derivar en una deshidratación. De hecho, si no se hidrata de forma correcta, puede llegar a producir más sebo en defensa a esta carencia y el resultado acarrea consecuencias aún peores como la aparición de granitos o imperfecciones.
El único truco o cuidado que deben tener las personas que tengan la piel grasa es utilizar cosméticos y productos de textura más fluida para evitar brillos y proteger la piel mientras mantienen un acabado fresco y no graso.
No deberíamos limpiar la cara con el mismo gel que utilizamos para el resto del cuerpo ya que estos jabones suelen tener un pH más elevado que puede favorecer la sequedad e irritación de la piel del rostro. Hay que tener en cuenta que la piel de la cara es uno de las más sensibles y delicadas, por lo que para su cuidado deberíamos emplear productos específicos para protegerla.
Y hablando de la limpieza facial con un jabón o loción específica, seguro que te preguntas cuántas veces es necesario o recomendable limpiarse el rostro. En este caso, la respuesta puede depender mucho de las condiciones ambientales o los diferentes tipos de piel, pero en condiciones normales no deberíamos ‘bombardear’ nuestra piel con excesivas limpiezas en profundidad durante el día. De este modo, se recomienda limpiar el rostro por la mañana con un agua termal o un tónico para eliminar los restos de sudor o residuos producidos durante la noche o, simplemente, si tu rutina de higiene incluye una ducha al despertarte, con el agua que le cae al rostro es suficiente. La limpieza en profundidad la dejamos para la noche para eliminar restos de maquillaje e impurezas acumuladas durante el día.
Existe una idea comúnmente aceptada sobre la ‘necesidad’ de dejar respirar la piel y evitar el uso de maquillaje durante periodos de tiempo, especialmente en el caso de personas que se maquillan con mucha frecuencia, como modelos o actrices. Sin embargo, nada más lejos de la realidad. Una buena base de maquillaje no obstruye ni perjudica la piel, sino todo lo contrario ya que supone una capa más de protección frente a agresiones externas, especialmente en ciudades contaminadas o en zonas con una alta radiación solar si utilizamos una base de maquillaje con protección solar.
Teniendo esto en cuenta, lo que sí es necesario es elegir el maquillaje más adecuado a tu tipo de piel. Por ejemplo, si tu rostro sufre acné, es muy importante elegir un producto sin aceites o con mucha densidad que provoque un efecto muy oclusivo sobre la piel.
¿Has desmitificado alguna idea que tenías preconcebida? ¿Vas a incorporar o modificar alguna acción en tu rutina facial? ¡Cuéntanoslo, que estamos deseando escucharte!
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