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Pieles reactivas e intolerantes: cómo cuidar y proteger tu piel

Una de cada tres mujeres padece problemas de sensibilidad en el rostro. en el post repasamos las causas, así como los cuidados y tratamientos más adecuados.
09 de octubre de 2018 en Santander

Las variaciones bruscas de temperatura; el frío, el viento o el sol u otros factores como el cansancio o ciertos productos químicos pueden provocar que nuestra piel reaccione de manera adversa provocando molestias, rojeces, deshidratación o tirantez.

Pieles reactivas e intolerantes: cómo cuidar y proteger tu piel

Las pieles sensibles o intolerantes reaccionan ante ciertos estímulos que en otro tipo de pieles no tienen efectos negativos. Son pieles mucho más vulnerables a las agresiones externas, como los cambios de temperatura; a ciertos productos químicos o factores internos, ya sean hormonales, psicológicos…  y que provocan efectos como deshidratación, rojeces, picores o tirantez.

Se trata de un problema que afecta a 1 de cada 3 mujeres adultas, por lo que se trata de un efecto relativamente frecuente entre la población. En este sentido, es un problema que afecta en mayor medida a las mujeres que a los hombres, con una proporción en torno al 60% de las mujeres frente al 40% de los hombres. Además, en algunos casos, la piel sensible podría ser una primera manifestación de alguna patología cutánea, como rosácea, eccemas o dermatitis que deberá ser diagnosticado por un especialista médico.

Es por ello que este tipo de pieles necesitan unos cuidados específicos para protegerla y calmarla, tanto en la higiene facial diaria como tratamientos faciales indicados para este tipo de pieles. Al tratarse de una piel con menos recursos de protección, debemos cuidar el ‘escudo natural’ de nuestro rostro frente a las agresiones y en comparación con una piel con un comportamiento más normalizado. ¡Sigue leyendo, que te lo contamos todo!

¿Qué factores afectan?

El origen de esta hiperreactividad no es necesariamente alérgico. Los factores o estímulos que pueden provocar que nuestra piel reaccione de manera adversa son muy variados, desde agentes externos a internos, y son los causantes de una mayor excitación de las terminaciones nerviosas que afloran en las capas superficiales de la epidermis.

Entre los factores más comunes podemos destacar:

  • Factores físicos, como los cambios de temperatura, exposiciones al sol, al frío o al viento o simplemente al hecho de frotarse la piel.
  • Factores químicos, como la intolerancia o hipersensibilidad a ciertos productos cosméticos, jabones, maquillaje o el afeitado en el caso de los hombres.
  • Factores psicológicos, como los picos de estrés, cansancio, emociones fuertes…
  • Factores hormonales, como en el ciclo menstrual o la menopausia.
  • Factores internos, como en el caso de una alimentación inadecuada para nuestro organismo, alimentos muy condimentados...

Cuidados para pieles sensibles

Si padecemos de una piel sensible, reactiva o con tendencia a las rojeces, es necesario tener en cuenta una serie de cuidados en nuestra higiene diaria así como tratamientos específicos para tratar de cuidar el rostro. Aunque cada piel es diferente, hacemos un repaso de los principales puntos:

Limpieza a conciencia cada noche. Es necesario llevar a cabo una limpieza en profundidad, pero suave con nuestra piel. Esto nos ayudará a retirar los restos de maquillaje o suciedad del rostro y favorecer la regeneración de la piel por la noche.

Hidratación profunda. Gracias a productos como sérums o lociones con un fuerte componente hidratante conseguiremos calmar la piel y combatir irritaciones o rojeces.

En este tipo de pieles es aconsejable evitar exfoliaciones duras y, en caso de realizarla, deben ser exfoliaciones suaves según el estado que presente nuestra piel. Lo mismo ocurre con la aplicación de ácidos ya que podemos provocar que a nuestra piel le cueste más recuperar su normalidad, ya que el efecto de los ácidos acelera el proceso de renovación celular.

Aplicación de tratamientos específicos: los tratamientos faciales pueden ser un potente aliado para ayudar a calmar y descongestionar la piel del rostro. Se trata de reforzar la barrera cutánea y ayudar a la piel a protegerse de agentes externos y bloquear los mecanismos responsables de las reacciones. Además, este tipo de tratamientos consiguen suavizar la epidermis, hidratar, nutrir y oxigenar el rostro.

En Bioesthetica Ana Yrizabal contamos con diferentes tratamientos en función de las características concretas de tu piel. Cada piel presenta una sintomatología y características diferentes por lo que es importante que sea valorada en nuestro centro para adecuar el tratamiento más beneficios para tu tipo de piel. ¡Te esperamos, pide ya tu cita!

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