A lo largo del día, la piel acumula grasas, suciedad, residuos que, unido a restos de maquillaje, se convierte en un terreno propicio para las bacterias, lo que supone un riesgo de padecer infecciones y problemas en la dermis. En este post te contamos porqué es tan importante esta rutina y los principales errores a evitar.
Es una recomendación del cuidado de la piel repetida hasta la saciedad: limpiar y desmaquillar la piel diariamente antes de acostarse es fundamental para mantener su salud. En muchas ocasiones es una rutina que no realizamos, bien sea por pereza, falta de tiempo o desconocimiento de las consecuencias que puede tener para nuestra piel. Sin embargo, se trata de un gesto imprescindible para la salud y bienestar de la piel, ya que por la noche es cuando las células faciales se regeneran y debemos facilitarle al máximo ese trabajo para colaborar en el bienestar de la piel.
Incluso en días en los que no nos hayamos maquillado, la limpieza del rostro es igual de importante en la rutina 'beauty' y es que, durante el día la piel acumula residuos, sudor, toxinas, contaminación… que es necesario eliminar para una correcta regeneración celular y evitar el riesgo de adquirir infecciones en la dermis del cutis.
La base de una piel bonita y saludable es, sin duda, la limpieza, y por ello debe ser el primer paso del ritual de belleza. En este post queremos repasar los productos más adecuados para cada tipo de piel y conocer los principales errores a evitar.
Por la noche, es cuando las células faciales se regeneran. Si dejamos capas de cosméticos y residuos en la piel, estas crearán una barrera taponando los poros e impidiendo una regeneración normal de los tejidos. Esto traerá como consecuencia una mayor probabilidad de padecer acné y otros problemas e infecciones en la piel.
El hecho de no retirar el maquillaje antes de dormir puede provocar la aparición de dermatitis, alergias en la piel o irritaciones, provocando que el rostro tenga mucha más sensibilidad. Además, tu piel terminará mostrándose deshidratada, flácida y perderá luminosidad, mostrando un aspecto más apagado y sin hidratación. Igualmente, ello también tendrá consecuencias negativas para otras zonas del rostro, como el contorno de ojos, pestañas y labios, que se volverán más sensibles.
Es muy importante elegir los productos correctos que se adecúen a nuestro tipo de piel y nos resulten cómodos para nuestra rutina, para que esto no suponga ningún freno a llevar a cabo diariamente esta rutina y cuidados.
En líneas generales, para las pieles secas y sensibles es preferible utilizar una leche limpiadora y evitar los productos que se enjuagan con agua. Una opción también adecuada es el agua micelar. Además, en las pieles maduras también es aconsejable el uso de leches y productos hidratantes.
Por su parte, para las pieles grasas y con tendencia al acné, deberemos elegir productos que ayuden a limpiar la piel de forma suave, sin agredir y libres de aceite. En este sentido, es recomendable usar los limpiadores sin jabón.
En el caso de las pieles mixtas, es beneficioso hacer uso de espumas y geles faciales que sean también 'oil free'.
Para llevar a cabo una correcta rutina, es importante tener en cuenta los siguientes consejos y, en la medida de lo posible, evitar los errores que detallamos a continuación:
Siguiendo estos consejos y rutinas con constancia, conseguirás una piel oxigenada y libre de impurezas. Recuerda que, retirando el maquillaje, tu piel regenera sus células y evitas la obstrucción de poros. ¡Luce con todos estos consejos una piel sana y saludable!
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